A partir de aquí un grupo de padres nos movilizamos pidiendo
al ayuntamiento la colocación de un medidor constante en el centro. Con
comparecencias en comisiones del ayuntamiento y parlamento vasco, reuniones con
grupos políticos y cargos públicos y convocatorias de protestas y huelgas
conseguimos que la gran mayoría de la comunidad educativa se sensibilice con el
problema.
Tras dos años de trabajo el parlamento vasco aprobaba en el
mes de febrero una proposición no de ley en la que se insta al gobierno español
y vasco a legislar en la linea del principio de precaución y 0.1.
No sabemos si de forma coyuntural o definitiva, el centro
recibe en la actualidad una radiación acorde con los máximos que exigíamos.